Fechas de caducidad

En el sistema actual estamos rodeados de fechas de caducidad. El yogur, los huevos, los congelados, el gel de ducha, el perfume, las cremas faciales, el maquillaje... Todo tiene un tiempo limitado de existencia, todo se transforma con el tiempo y se deteriora. Incluso hay más de una serie televisiva que tiene su momento, y que no resiste un segundo visionado fuera de su era. 

A los trabajos y las relaciones interpersonales les sucede lo mismo. Y es que todo tiene "su" momento, y no encaja ni antes ni después. Sumado a esto nos encontramos con que la "caducidad", cada vez es un lapso más breve de tiempo. Mientras que todo lo que se come vemos que intentan alargarlo cada vez más mediante conservantes, y química diversa, todo lo que concierne a la persona vemos que se acorta progresivamente casi rozando lo efímero. (Las cremas de la cara y geles de baño no cambian, siempre son dos años, ¡tranquilos! *LoL)
Afortunadamente hay una parte de la población que se está dando cuenta de todo esto y está echando el freno. Se trata de "un pequeño poblado en mitad de la Galia", una pequeña resistencia slow a tanto fast.

En el fondo, creo que lo que pasa, es que al fin estamos aprendiendo a no perder el tiempo: ni con personas que no lo merezcan, ni con objetos que no nos aportan. 

"Cuida tu cuerpo como si fuera tu templo", no recuerdo quien lo dijo, pero el caso es que nos estamos aprendiendo a valorar, y por ende, a cuidar. Y que sabemos que lo breve recorta, que en salud, no hay atajo que valga, y que en las relaciones interpersonales, tampoco, pues sólo esforzándonos y en el día a día lograremos cultivar una relación saludable, bidireccional y de conocimiento del otro.

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